jueves, 7 de octubre de 2010

Infidelidad intelectual en las redes sociales

Recientemente escuche a una terapeuta decir : "infidelidad por Messenger es infidelidad a fin de cuentas", entonces me pregunte, ¿Qué tan fieles somos en las redes sociales?, y no es que me refiere de manera única y flamigera a aquellos que entablan relaciones amorosas "virtuales/nosconocemos/tenemossexo", si no a aquellas "infidelidades" intelectuales... Me explico, conozco personas cuyas parejas no leen ni la etiqueta del champú, o que leen revistas de espectáculos, y que miran con amargura que no pueden compartir el gusto por ver ciertos programas o libros, ciertos temas o conversaciones nunca llegan a darse con su pareja, y la frustración existe  y se desboca en las redes sociales, en donde hay muchos lugares a los cuales acudir para encontrar la satisfacción que les brinda una conversación entretenida, un comentario acertivo,  un poco de reconocimiento acerca de aquel tema que en casa resulta vetado... ¿Estamos siendo infieles? ¿Es valida esta doble vida intelectual? ¿Estas redes sociales se convierten en bastión de nuestro individualismo y refrendo de nuestro propio ser?... ¿Usted qué piensa, querido lector?

miércoles, 6 de octubre de 2010

Hablando de analistas

Por la mañana en un noticiero escuchaba a Jorge Castañeda, quien acerca de cierto tema, mencionaba a los "pseudoanalistas", la definición que dio era la siguiente: "aquellos que por la mañana leen un periódico en Nueva York o Londres y repiten lo que han leído, como si ser analista fuera decir 'yo me entere primero' y ahora se los digo a ustedes". 

Valga tal definición para para la #prensagadgetera. Se espera que alguien que publica en medios sea capaz de hilar dos pensamientos que no sean "comunes", si bien no se trata de aplicar la regla de los 6 grados, al menos esperamos un poco de esfuerzo de aquellos llamados "analistas".  Valga de nuevo para la #prensagadgetera

martes, 5 de octubre de 2010

Pies que miran

Mirando los pies, con dudas.... mirando sin parar las uñas para recordar que siguen ahí, aunque pocas veces salga de la habitación, no deja de imaginar que esos regordetes dedos le recriminan estar sin ver el sol, o restregarse en la playa, caramba, si a veces parece que se desquitan provocando ardores extraños o incluso piquetes sorpresivos, que le llevan a tirar el café sobre la silla. Por tales cosas es que los mira uno a uno, con tanto cuidado como sus ojos cansados tras los lentes antireflejantes puedan hacerlo; sí, sospecha de ellos, tal vez un día salgan corriendo sin avisarle si quiera, y no es que esté esperando un memorándum, pero al menos una señal con tiempo previo, para darse tiempo de dar "Save" a el documento que este trabajando... Al menos "Save".

El soundtrack de tu vida

Hay un programa de radio que pasa en una estación de jazz, en el que hablan de el soundtrack de personajes de la cultura y/o conocidos de...