martes, 18 de abril de 2017

Generación X y la falta de melancolía

Hemos llegado y pasado los 40, tenemos ya la memoria de corto plazo un poco desgastada y la de largo un poco más, poco a poco nos estamos convirtiendo en esos tíos fastidiosos que jorobamos a los sobrinos adolescentes cuando aprenden una palabra nueva y la usan enfáticamente, como cuando descubren palabritas como cliché y se niegan a aceptar que ellos mismos son un cliché.

Crecimos como nuestros padres y los padres antes que ellos, en mundos cambiantes -Eso es también un cliché- pero pareciera que nos nos aferramos con desesperación al pasado como las generaciones anteriores. Nos podemos entretener con la nueva tecnología, no lloramos si no vamos al cine, elegimos ver el cine en casa para no tener que lidiar con otros, no sufrimos si no tenemos una betacam guardada en el closet y aprendimos a dejar ir las caricaturas para que las vivan otros. 

Parece que la melancolía está en desuso entre nosotros, debe ser que vivimos en el mismo vórtice que los millenials, pero con la carga de experiencia que nos permite reírnos discretamente cuando alguno proclama que el comunismo es lo que salvará al mundo. No parece que extrañemos los autos sin bolsas de aire o A/C, tampoco extrañamos la proporción 4:6 de la TV o las máquinas de escribir.


No todo tiempo pasado fue mejor y estamos convencidos de ello. 

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