jueves, 31 de diciembre de 2015

Yo odiaba mis senos

Yo odiaba mis senos

A los 11 años, estando en sexto de primaria, comencé a ser consciente de mis senos, antes de ello, no me parecían relevantes, pero cuando una compañera de la primaria llamada Concepción, comenzó a usar suéteres más grandes y las blusas parecían más pequeñas, noté esa obvia diferencia.

Concepción, Conchita pues… morenilla y de nariz respingada, usaba las mismas blusas que yo con una gran diferencia, un par de senos divinos que asomaban en su brassiere blanco, tal vez era la excitación en mí la que me me impedía mirarla de frente pero no podía dejar de ver a entre esos botones por reventar, algodón que cubría encaje.

Ahí comenzó mi gusto por los senos, pero no por los míos.

Las películas muestran siempre senos enormes en cuerpos delgados y cinturas pequeñitas, evidentemente a los 11 años yo no tenía esa cintura y mucho menos los senos, así que me acostumbre a mantenerlos ocultos y tratar de no pensar en ellos, logré hacerlo, no existían para mi, hasta que a los 16 entre besos un chico intentó tocarlos, ¡¡los había alienado tanto de mi que pensé que el resto del mundo tampoco lo vería!!… Tras darle un santo puñetazo al pobre muchachillo y salir corriendo, me puse a llorar, ¡no estaba preparada para ello!... Eso me decía yo camino a casa, con la sensación de haber sido vulnerada a un nivel tan intimo que no podía explicarlo.

Cuando tuve mi primera relación sexual, a los 17 años, esos senos no fueron elemento de mi excitación, y como todo trámite solo espere a que acabase y dejar de lado el principal impedimento (el dolor) para poder disfrutar de ese mundo maravilloso del sexo… lo que tampoco sucedió por arte de magia y que me llevo a situaciones sumamente incomodas.


Pero mis senos no participaban en todo mi crecimiento sexual.

Los de otras mujeres me encantaba, y me incomodaba verlas cambiarse o desnudas porque me encantaban, como niño de 11 años, pero una adulta de 21, así me pasé gran parte de mi vida, ocultando o incomodándome… Hasta los 30.

De manera sorprendente fue la maternidad lo que cambió mi perspectiva, lo menos sexy del mundo (la lactancia) me hizo sentirlos por primera vez y amarlos con profundidad, y a partir de mi defensa a la lactancia en lugares públicos, el orgullo de llevarlos en alto en su mayor expresión y dimensión, así comencé a sentirlos en la nueva sexualidad, la mía, la que disfruta.

No han dejado de gustarme los senos de otras mujeres, tal vez soy un poco gay, pero ahora me encantan los míos y puedo sentirlos con orgullo, la herida de desarrollo se cerró un poco tarde, pero cerró.

Administrando la vida

Este año no comenzó precisamente bien, fue más bien un trimestre de mierda. Cuando estas mal por varios años y de pronto te dan el diagnóstico, la mierda te llega al cuello, así me sentí cuando me dijeron que de esto iba a vivir el resto de mi vida y que no iba a curarme jamás.

Mierda, y entonces a buscar tratamientos nuevos y tras batallar al fin aceptar que no puedo vivir sin medicamentos, que los españoles van a la vanguardia y que no puedo negar mi enfermedad... Y me encabronaba tanto no poder aceptarla, si yo soy una buena persona, que vive en justicia y cuida al prójimo, pero no contaba yo que la justicia divina no rige por encima de la genética, la genética.

Hay días es que estoy mas enojada, en que me deprimo y no quiero dejar de ver tv. Otros tengo una cantidad de energía enfermiza, agobiante y tras esos días madrazos de agotamiento, he tenido que aprender a administrarme, que es como administrar un poco la vida... Y así me la paso, administrando.

Asi termina el 2015, espero que el 2016 tenga menos dolor, mientras tanto les deseo felicidad... Un chingo.

miércoles, 30 de diciembre de 2015

Hay que soltar amarras

Cada año nos deja algo bueno, algo malo y algo para pensar... He dejado atrás amistades tóxicas, he encontrado amistades nuevas, afianzado lazos y soltado otros... Es hora de soltar amarras y moverse al 2016.



martes, 29 de diciembre de 2015

el "malviaje" de la Nueva Madre

Yo acepto que pasé por ahí.

El oscuro lugar que significa la maternidad dentro del individualismo, cuando no eres más tú sino un "nosotros" con el hijo, en que la pareja se hace de tres y que lo que te gustaba hacer se vuelve lejano en el ambiente de los pañales y la crianza.

En especial si te gusta sentirte madre responsable, que buscas libros y blogs y haces grupos y que las palabras colecho, crianza, apego, disciplina inteligente y todo lo que lees te alimenta a ser vegetariana, hacer yoga, comprar sólo juguetes educativos y no dejarlos ver Dora... es que estás en el lado oscuro de la maternidad llena de expectativas en donde el tirano no es tu hijo, eres tu y tus pretensiones.

Sí, yo sé lo que es estar en ése lugar que te quita el sueño por las noches y da ansiedad en el día.

Que tus amigas te vean a veces, que a la mitad de las personas que les hables de tus hijos no les importe, que te sientas cansada todo el tiempo y que aun así te llenes de orgullo de ser madre. Es duro y es más duro cuando te das cuenta de que ya no sabes hacer ni pensar distinto...

¿Por que las novelas en el ranking de este año tiene a 5 mujeres y 4 de ellas tienen que hablar de sus relaciones?

No lo sé, pero es duro darse cuenta que la maternidad rige toda obra y pensamiento, como un monstruo tragón e indigesto... pero eso si, que no te digan que sólo eres madre porque la indigesta serás tú, sin embargo. ¿Ser mujeres nos condena a sólo tener dos opciones? ¿O somos madres o odiamos a las que son madres?

Me enfurece que sean pocas las analistas políticas y que se las críticas las opiniones basándose en  sexo o apariencia, pero más me enfurece que las mujeres nos estemos limitando a ver novelas en donde no las hay, que los libros para adolescentes sean de amor eterno cuando es una puta etapa... excepto para los forevers (qué miedo).

viernes, 4 de diciembre de 2015

Fe invertida en guerra es locura.


Acerca del artista


Hace poco en una entrevista de radio escuche a un par de jóvenes escritoras que declaraban a pregunta del conductor del programa ¿Que les significaba ser escritoras?.

Las respuestas me sorprendieron tanto por su alta capacidad de auto compasión cómo  por estar llenas de clichés acerca de la profesión de escritores a la cual llamaban: "oficio". Una de estas respuesta fue mencionar el rechazo de la familia ante algo que no era considerado carrera o profesión. También declararon que renunciaban a la seguridad y al hecho de ser madres o esposas o tener dinero. No es que esté yo a favor del dinero como razón de vida, ni que sostenga que la maternidad esta por encima de todas las razones de ser de una mujer, sin embargo, ¿Es el único camino del artista convertirse en una anacrónico estándar?.

No lo creo... Lo que más me preocupo de estas jovencitas es que estaban seguras en su afirmación acerca de que la vida sería la más miserable, que jamás tendrían éxito cómo escritoras y que se tomasen tan en serio las declaraciones familiares acerca de su "irresponsabilidad" en la vida. Y es que parece no tomarse en serio la profesión de el escritor o del artista ni siquiera por el pretendido artista. La auto compasión la falta de metas y la falta de una estructura de vida es lo que pareciera definir la vida del creador.

Los casos de artistas como Pollock, que se tomaron el papel del artista afligido, sujetos a las vicisitudes de la vida, entrando y saliendo de dramas psicológicos y de egolatría me aterran ¿está el artista condenado al suplicio por el hecho de ser artista? ¿Todos somos Marga López?

Qu ser artista de cualquier disciplina no es fácil es de todos conocidos, pasan años antes de que exista reconocimiento, que la envidia y los golpes bajo están a la orden del día, que el dinero no abunda y que las buenas relaciones, cuna y amistades cuenta. Pero antes de eso está la intención de ser artista, ¿no?

Si bien al ser artista hay que buscar el sustento de lo que se pueda sin abandonar el deseo de ser artista (sobre todo si se desea vivir en el medio de un modo reconocido), o se tengan que tomar profesiones u oficios alternos para subsistir de un modo decoroso implica la responsabilidad del mismo como un adulto, no se puede vivir del estado por medio de becas  o patrocinios que en muchos niveles nulifican la labor creadora al direccionarla hacia alguna tendencia de moda o peor aún hacia la obra de un artista "reconocido" y que pague por que le hagamos su labor creativa. Es hora de que el artist nobel, se plante frente al mundo con la actitud de un profesionista, la que le indica que pase lo que pase deberá ser aún más disciplinado y trabajar en las horas que el resto del mundo duerme para poder continuar con la labor creativa con comida y techo.

Tal responsabilidad parece ser el "coco" del creador, que mira con desprecio a aquel que tiene que vender zapatos de día para poder escribir de noche, acusándolo de vendido, de mediocre y  ajeno al cliché del artista que muere de hambre esperando que algún editor halle su obra póstuma. ¿Estamos dispuestos para seguir así o deseamos instalar en la sociedad la idea de un artista responsable que pueda pagar sus deudas?

2005

El soundtrack de tu vida

Hay un programa de radio que pasa en una estación de jazz, en el que hablan de el soundtrack de personajes de la cultura y/o conocidos de...