martes, 1 de febrero de 2011

Y... ¿Que edad tenía él?

Cuando cumplí los 17 años, tuve una de esas experiencias valiosas por su significado... El riesgo.

En casa de una amiga de la secundaria, conocí a un hombre mayor que yo, cuando tienes 17 años y alguien mayor que tu te presta atención se acerca y conversa contigo, el ego vuela cual globo en día de reyes y la capacidad de distinguir los riesgos se ve anulada. Este caballero era amigo o primo de la madre de mi amiga y sin mas mi más me invitó a salir al día siguiente, recuerdo que me llevo a casa de mis padres y que fue muy amable, me dijo que era divorciado y se llamaba Jano... Tenia 34 años.

Yo no vi nada "malo" en el hecho, me causaba curiosidad que alguien así (con auto) se fijara en mi y recuerdo que me mencionó el hecho de haberme visto bailar y que era muy sexy para mi edad y por eso deseaba conocerme, y ahora que hablaba conmigo le parecía muy madura (ahora que he vivido tantas cosas me pregunto cuales eran sus parámetros de "madures"). Debo confesar que a mis 17 años gustaba de bailar y eso incluía la lambada (eran los 90, jo jo) ojo: sin haber visto jamás Dirty Dancing (no me dejaban entrar al cine), así que al verme bailar con algún adolescente de mi edad, el tipo se lanzo al ruedo y por supuesto que sabia mi edad.

No recuerdo a donde fuimos, pero recuerdo claramente qué sucedió cuando me dejo en mi casa, recuerdo su auto blanco (un viejo Montecarlo) y el sol del atardecer entre los arboles... Me besó... Y ¿qué paso?, que tras un beso "demasiado" adulto y unas manos "mas adultas" que el beso, me despedí corriendo y dije que me esperaba mi papá. No volví a contesar sus llamadas y creo que hasta deje de ir a casa de mi amiga, entonces comprendí una ley de la vida: "hay ciertos limites que nunca debes de cruzar". 

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